Tips y consejos para limpiar los audífonos

Teniendo en cuenta que los audífonos son dispositivos que se utilizan a diario y que es necesario llevar a todas partes, con el tiempo y del propio uso pueden coger suciedad y esta quedarse almacenada en las zonas más sensibles del aparato.

Para que esto no pase, lo mejor es limpiar los audífonos con una cierta regularidad, aunque no todo vale a la hora de quitar la suciedad acumulada en estos dispositivos, que pueden llegar a ser extremadamente sensibles en según qué zonas.

Si lo que necesitas es encontrar un método eficaz para limpiar tus audífonos, sigue leyendo porque te vamos a dar una serie de consejos para que puedas retirar la suciedad de tus audífonos con eficacia.

Consejos y recomendaciones para limpiar tus audífonos de manera efectiva

Debes tener en cuenta que la limpieza de los audífonos es una tarea de la que, si eres poseedor de unos, no te puedes librar. Es conveniente que estos trabajos los realices con cierta periodicidad, ya que tienden a acumular suciedad procedente tanto del entorno como del propio canal auditivo, que segrega cera continuamente, lo que a su vez facilita la acumulación de residuos.

Para limpiar correctamente el audífono hay que empezar por lo elemental: las almohadillas. Estos dispositivos suelen contener un auricular que, para que se amolde perfectamente al canal auditivo de cada persona, suele contener una pequeña almohadilla. Este recubrimiento de goma es el elemento que más suciedad tiende a acumular, no solo por el material del que está hecho, sino por ubicarse tan cerca del propio canal auditivo. Esto hace que sea el primero de la lista en tener que pasar por el aro.

Gran parte de las almohadillas son desmontables y se pueden quitar sin problemas, por lo que no te será complicado extraerlas. Ahora bien, si no es así manipula el audífono con cuidado. Lo mejor para retirar la suciedad es utilizar el extremo de un paño húmedo y aplicar con fuerza sobre toda la superficie. Así, evitas que entre en contacto una cantidad de agua excesiva y te será mucho más sencillo identificar qué zonas han quedado limpias y cuáles no.

Tips que debes tener en cuenta si quieres limpiar los audífonos correctamente

Aunque pueda parecer pesado, lo mejor es limpiar los audífonos todos los días. Cada día hay que ponerlos y quitarlos, ya que para ir a dormir es mejor dejarlos en la mesita. Por eso, es siempre recomendable limpiarlos en un mismo momento del día para ir cogiendo la rutina.

Lo mejor siempre es utilizar algodón húmedo, y nunca hacer uso de productos químicos que pueden dañar la estructura del propio audífono. Recuerda: siempre agua, y en poca cantidad, nunca alcoholes ni productos de limpieza.

Un enemigo poderoso de los audífonos es la humedad. Esta tiende a filtrarse por los conductos de los dispositivos electrónicos y provocan estragos en su estructura que terminan por dañarlos irreversiblemente. Por eso, lo mejor es utilizar un deshumidificador que elimine la humedad del ambiente, preservando los componentes del audífono.

Para retirar el cerumen, lo mejor es emplear un pequeño cepillo (que no uses para nada más). Este componente que provoca el propio cuerpo para proteger el canal auditivo es difícil de quitar si no es con un cepillo, y además si se utiliza un paño se puede agravar el problema y extenderse por zonas que ya estaban limpias. El resto de residuos apelmazados también deberían ser eliminados con un pequeño cepillo.

Olvídate de los objetos punzantes. Un audífono es un elemento delicado y en ningún caso un objeto acabado en punta deberá ser considerado para retirar ningún resto de suciedad.

Otras recomendaciones para limpiar los audífonos con total seguridad

Los audífonos, como debería hacerse con cualquier otro dispositivo electrónico, deberían ser guardados cuando no se utilizase. De hecho, si no piensas utilizarlos durante algunos días, deberías quitarles la pila, si es que la llevan, para que esta no se deteriore y conserva toda la energía. Las pilas, eso sí, nunca deben estar expuestas a fuentes de calor, ya que este actúa como un degradante que elimina la energía almacenada, acelerando el fin de su ciclo de vida.

Si estos tienen estuche o caja, guárdalos en ella para preservarlos de otros agentes contaminantes o dañinos para su estructura. De este modo quedarán a salvo no solo de la humedad, sino del polvo y de los cambios de temperatura.

Si vas a someterte a un tratamiento con Rayos-X, ultrasonidos o dispositivos similares, debes mantener el audífono alejado de la fuente emisora. Por eso, lo mejor es asistir a este tipo de recintos sin el audífono, y mantenerlo alejado a una distancia prudencial. Debes hacer lo mismo si el entorno en el que te encuentras posee unos índices de humedad muy elevados, o si va a estar expuesto a la luz solar directa.

Y no olvides de ir cambiando los moldes cuando estos sufran arañazos o roturas. Es indispensable que estos encajen a la perfección y no es conveniente que las piezas que van a entrar en contacto directo con tu canal auditivo no estén en unas condiciones idóneas. Cualquier rotura puede ser el inicio de un problema mayor que derive en un deterioro acelerado de los audífonos, por lo que trata siempre de recambiar las partes dañadas a la mayor premura.

¿Qué ocurre si los audífonos acumulan suciedad con el tiempo?

Los residuos acumulados son un problema para cualquier dispositivo electrónico, audífonos incluidos. Por eso, llevar una disciplina con el tema de la limpieza es tan importante. El polvo acumulado, junto a la humedad y a los residuos de mayor densidad como el cerumen, pueden provocar deficiencias en la recepción del sonido, lo que empeora notablemente la experiencia del usuario que necesita mejorar sus niveles de percepción auditiva mediante el uso de estos dispositivos.

Además, otros elementos, como la nicotina presente en el humo del tabaco, puede provocar que todos los residuos suspendidos en el aire se apelmacen y se adhieran fuertemente a superficies de todo tipo. Este problema es especialmente grave en los aparatos de menor tamaño, ya que son más sensibles a los agentes externos.

En ningún caso, ni siquiera cuando el nivel de suciedad sea muy elevado, es aconsejable utilizar líquidos de ninguna clase, ya que podrían filtrarse al interior del dispositivo y estropear las partes más sensibles del mismo.

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