Es innegable que los avances tecnológicos han permitido obtener numerosas soluciones pioneras en el campo de la audición, y era lógico pensar que estos progresos iban a acabar alcanzando al sector de los audífonos.
Teniendo en cuenta que estos no dejan de ser dispositivos electrónicos pensados para poner solución a determinados problemas de audición, como la hipoacusia o los acúfenos, la tecnología ha conseguido optimizar su rendimiento y sus prestaciones, y poco o nada tienen que ver con los rudimentarios modelos que antaño copaban los catálogos de audífonos.
Los audífonos inteligentes: pros y contras de los modelos más modernos
Estamos en una era en la que un dispositivo inteligente es capaz de permitir el control de prácticamente todos los aspectos que rodean nuestra vida. A través de un smartphone conectado a varios dispositivos se puede elegir el canal de televisión, subir o bajar el volumen, abrir la puerta de casa, pedir la compra, escribir a un familiar, realizar un pago con tarjeta, ejecutar acciones en la banca digital, viajar y hasta pedir comida a domicilio o comprar entradas para el cine. Todo a golpe de clic.
Sin embargo, esto no era así en el sector de la audición hasta la aparición de los primeros modelos smart de audífonos. Estos presentaban un diseño más estilizado y contaban con múltiples opciones de conectividad, incluyendo la posibilidad de conectarse a un teléfono inteligente para supervisar y manipular, en caso de ser necesario, ciertos parámetros como el volumen, la capacidad de amplificación o consultar el estado de la batería.
Precisamente este es uno de los hándicaps que presentan los modelos smart de audífonos: la autonomía. A pesar de ser mucho más estilizados y de contar con un peso y unas dimensiones mucho más equilibradas, los audífonos que funcionaban con pilas presentaban una capacidad para mantener una vida útil de su fuente de energía más estable que ahora resulta envidiable. En cambio, las nuevas posibilidades de los audífonos inteligentes han propiciado, pese a la implantación de baterías de ion-litio, que la carga se reduzca más rápidamente. Pero vayamos paso a paso y veamos qué ventajas y qué desventajas pueden tener los audífonos que se conectan al móvil.
Ventajas de los audífonos smart
Son muchas las ventajas que presentan estos modelos avanzados de audífonos. El punto más evidente es el de la conectividad, ya que pueden emparejarse con prácticamente cualquier teléfono móvil y utilizarlo de soporte para ajustar varios parámetros que permitan personalizar la experiencia de audición. Esto es especialmente importante, ya que los audífonos deben contar con un sistema de personalización lo suficientemente ágil como para permitir que cualquier situación quede cubierta gracias al selector de ajustes.
No es lo mismo permanecer en casa viendo la televisión que asistir a un concierto en vivo, al igual que no se enfoca de la misma manera la personalización de parámetros en un caso de hipoacusia leve que en un caso de sordera severa. Por eso, es fundamental siempre contar con los servicios de un profesional de la audición, que sepa identificar las necesidades concretas de cada usuario para establecer los límites de los audífonos y hacer que estos sean exactamente lo que el paciente necesita.
Por otra parte, una ventaja muy importante de los audífonos que se emparejan con el teléfono es que presentan unos controles mucho más intuitivos, que a menudo pueden ser controlados mediante el propio teléfono, evitando tener que tocar a ciegas los selectores del audífono. Así, podrás colocarlo en la posición idónea y no tocarlo hasta que te lo vayas a quitar por la noche.
Si tenemos en cuenta que las pilas son una fuente de energía bastante cara y contaminante, desde el punto de vista energético los audífonos inteligentes también salen ganando. Hoy en día casi todos los modelos funcionan con una batería de ion-litio que se recarga con electricidad, pero es necesario realizar la carga completa para que los audífonos puedan ofrecer la máxima autonomía posible en una jornada de uso ininterrumpido.
Desventajas de los audífonos que se conectan al teléfono
A pesar de los avances que presentan estos modelos, los audífonos que se conectan al móvil no son la panacea y también cuentan con puntos flacos que conviene saber antes de empezar a utilizarlos. Por ejemplo, el principal enemigo de estos audífonos, como ocurre con casi todo dispositivo inteligente, son las aplicaciones o funciones que se ejecutan en segundo plano de manera permanente. Esto satura la fuente de alimentación, que se ve obligada a entregar una cantidad de energía mayor de la que en principio debería otorgar.
Esto a todas luces es perjudicial para los audífonos, ya que las baterías de ion-litio se oxidan con cada recarga y un desgaste prematuro puede llevar a inutilizar la fuente de alimentación que los hace funcionar. Por eso, los audífonos que se conectan al móvil siempre tienen que tener un selector para limitar la conectividad de los mismos, ya que de lo contrario una buena parte de la energía que contiene la batería se desperdiciará en tareas que ni siquiera sabíamos que se estaban ejecutando.
Otra de las desventajas que tienen los audífonos que se conectan al móvil es que algunos modelos pueden ser demasiado pesados. Un peso excesivo puede tener repercusiones muy negativas en cuanto a confort, sobre todo si quien está llevando los audífonos es un niño, puesto que sus tejidos todavía están en desarrollo y cualquier malformación causada por agentes externos puede resultar fatal.
La enorme dependencia de dispositivos externos, los recursos energéticos que presentan estos modelos y las intermitentes interrupciones de sincronización cuando fallan las conexiones son otros hándicaps a los que un propietario de unos audífonos inteligentes suele tener que hacer frente.